por Daniel A. Laó Dávila
Los bosques de Maricao y Susúa, en el suroeste de Puerto Rico, son únicos en la isla debido al clima y la geología donde se ubican. El Bosque de Maricao es un bosque húmedo que se encuentra en una elevación de 150 a 900 m y tiene una precipitación promedio de 2,540 mm al año. El Bosque de Susúa también es húmedo y se encuentra de 80 a 473 m de elevación con una precipitación promedio de 1,413 mm al año. Aunque el 85-90% de sus territorios yacen sobre serpentinita, ambos bosques contienen gran variedad de flora y fauna.
La serpentinita es una roca verdosa, azulosa y grisácea, muy quebradiza y exhibe diferentes texturas. Está principalmente compuesta por minerales de serpentina (lizardita, crisotilo y antigorita); minerales muy pequeños que sólo se pueden identificar con equipo de laboratorio.
La serpentinita es una roca metamórfica. O sea que antes era otra roca; en este caso una roca ígnea llamada peridotita. La historia de la serpentinita comienza en el manto de la Tierra, a 5 km de profundidad, y termina en montañas de la superficie terrestre. Los minerales que componen la peridotita, como olivinos y piroxenos, se formaron en el manto al enfriarse el magma. Luego se transformaron a los minerales de serpentina al ser expuestos a agua con temperaturas mayores de 100° C.
Un evento de colisión en el borde de la Placa del Caribe hizo que la peridotita se elevara, interaccionara con el agua y se convirtiera en serpentinita. La colisión fue de tal envergadura que transportó la serpentinita de su profundidad original hasta su actual localización en la corteza terrestre.
El proceso de metamorfismo de peridotita a serpentinita es uno que cambia las propiedades físicas de la roca. La roca serpentinizada termina siendo menos densa y muy fracturada. Las fracturas que actualmente se ven en la roca se formaron durante alteración de sus propiedades físicas y por eventos de deformación causados por movimientos de placas tectónicas. Estas fracturas, unidas a las lluvias torrenciales y las inclinaciones de las pendientes, hacen que los bosques sean propensos a deslizamientos de tierra.
La meteorización de la serpentinita crea un suelo poco común, bajo en nutrientes esenciales (nitrógeno, fósforo, potasio y calcio) para las plantas y alto en metales (hierro, cromo, níquel, y cobalto) posiblemente tóxicos para las plantas. Sin embargo, muchas plantas, arbustos y árboles raros y endémicos que crecen en los bosques de Maricao y Susúa se han ajustado a las condiciones de este suelo. Y en este ambiente viven especies de reptiles, aves y murciélagos que en algunos casos son endémicas del área.
La combinación de un clima tropical con una historia geológica de procesos ígneos, metamórficos y tectónicos, han producido unos bosques únicos de alto valor ecológico, económico y cultural para el disfrute de todos. Mientras más aprendamos de estos procesos, más podremos apreciar de su valor.
Buen trabajo muchachos! Me gusta mucho su blog, hacía falta algo así! Y bueno, saben que si quieren hacer algo de paleo pueden contar con mi ayuda.
Esta entrada provocó curiosidad sobre las plantas que viven en las serpentinitas en suelo boricua. Una publicación (Cedeño-Maldonado & Breckon, 1996) da un listado de 40 plantas — 12 de estas endémicas — que solo ocurren en suelos derivados de serpentinita en Puerto Rico. Sorprendente!
Muchas gracias Jorge, ciertamente tu blog de paleobiología es una de nuestras inspiraciones. Sería estupendo tener una entrada sobre tu trabajo o cualquier otro tema de paleo que te interese.
Lo de la serpentinita es fascinante; ese dato que presentas habla tanto de la adaptación de las plantas como de las condiciones para la formación de suelos: el clima, los organismos (aspectos biológicos), la topografía (relieve), la geología y el factor tiempo. Un ejemplo claro de la integración de los sistemas terrestres. Hasta pronto.